Me gusta este poema porque en él “la poesía” no es un resultado de unos cuantos recursos literarios bien ejecutados, sino algo que sucede, que está sucediendo ahí, delante y dentro de nosotros. Por otra parte, en ese poema están todos los temas de Muñoz Rojas (el amor, la palabra, la esperanza y la desesperación, y por supuesto, Dios) expuestos de esa manera suya, tan natural, tan aparentemente desordenada por el vaivén de los recuerdos y las emociones.
A MÍMEHASUCEDIDOMUCHASVECES
A mí me ha sucedido muchas veces ir caminando y encontrarme de pronto una palabra que había dicho hace tantos amores a estas horas, hace tantos latidos y amarguras, cuando la adolescencia. Ella tenía aproximadamente dieciocho años, y unos cabellos que las brisas adoraban, diciéndole al oído: nunca los tuve iguales en mis dedos. Vivir no se medía, se gozaba asomado a un pretil de donde el mundo era un suelo extendido de hermosura que rodeaba el júbilo, y el gozo se llamaba José como me llamo, urgía con los latidos de aquí dentro un millón de esperanzas por minuto.
A mí me ha sucedido muchas veces encontrarme con sombras y decirles: sois las mismas, acaso conocéis este viejo aposento, y verlas irse como un poco de humo, como un poco de hermosura. La vida es eso, sombra.
A mí me ha sucedido muchas veces buscarme inútilmente, no encontrarme aunque estaba citado en la esperanza a una ternura fija, y ver pudrirse las rosas que llevaba entre las manos.
Y hallar que la palabra no servía, que era inútil el canto, derrotada la palabra en los labios, miel sin nadie, en busca de su labio. Duramente el corazón aprende sus congojas para saber un poco. No es alegre llegar a esta certeza del vocablo inútil casi siempre, casi nunca.
Claro que no son sólo estas orillas. Las hay sin amargura, aunque se acaban en apariencia, pero no se acaban porque se miden con la sangre. Tienen nombres que apenas tienen nombre. Dicen al corazón dulzura, nos derraman generosos al mundo, nos reviven.
A mí me ha sucedido muchas veces ir caminando y olvidarme de todo en la esperanza. Dios sin duda nos coge de la mano. ¿No es su mano?
A merced de las horas, sin derecho más que a un poco de aire, de hermosura, nacemos, y es bastante. A veces sobra. Todo en fin es amor. Me ha sucedido encontrarme a menudo que no peso, que esto que llaman por llamar no tiene más que un nombre, querencia. Va a lo alto inevitablemente. Va a lo alto como el chopo y el bien. Sigue a lo alto.